Cubanos, Resilientes por Naturaleza

Resilencia: Capacidad humana de reconstruirse ante los embates de la vida
Resilencia y Coraje son parte de esos ingredientes que definen a mi pueblo cubano

Existen únicamente dos maneras de vivir la vida. Una es como si nada fuese milagro. La otra, como si todo lo fuese.

Albert Einstein

Muchos amigos me comentan a veces que no saben cómo enfrentar los cambios en sus vidas: un amor que termina, la pérdida de un familiar muy cercano, un embarazo inesperado, la traición de un amigo, una enfermedad que creían eludir con un simple cruzar de dedos cada noche... ¿Cómo vivir sin que la herida sangre cada vez que tropezamos con la persona que nos decepcionó? ¿Cómo superar la saudade? ¿Cómo dar el frente a quienes nos recuerdan la dicha perdida o la vergüenza de nuestros errores?

En momentos así ha de brotar una cualidad imprescindible en todas las etapas vitales de cualquier ser humano, pero sobre todo en los primeros años, cuando se modela nuestra personalidad: La Resiliencia.

En muchas bibliografías y muchos criterios se define a las personas resilientes como aquellas capaces de aprovechar los embates de la vida para reconstruirse cada vez con más fuerza y salir airosas de cualquier trance usando sus recursos internos. Son seres capaces de reaccionar y recuperarse sustentados en la interacción con otras personas y con el entorno, hasta lograr un proceso de adaptación exitosa y de transformación positiva, a pesar de los riesgos.

El término «resiliencia» fue acuñado por la Psicología desde el siglo pasado, pero aún mucha gente se sorprende al escucharlo. Incluso hay quienes asumen que se nace —o no— resiliente, y no hay nada que hacer para alcanzar tal estado de gracia.

Pues no es así. Esta es una virtud que se cultiva, como la autoestima, la asertividad, la compasión, la empatía y tantos otros sentimientos y recursos que nos ayudan a ser mejores a extremos que a veces ni nosotros mismos hubiéramos sospechado.


No hay mal que dure cien años

La resiliencia es una capacidad presente en las distintas comunidades, etnias y culturas a lo largo de todos los tiempos, pero con rasgos particulares . El común denominador en todos los casos es la facultad humana de acudir a tres pilares básicos para superar las crisis.

El primero es la capacidad de juego, que incluye el sentido del humor, la creatividad, la multiplicación de intereses personales, la imaginación y las creencias positivas. Todo eso ayuda a no dramatizar en exceso y a conjurar nuestros temores de tal modo que no nos paralicen en la búsqueda de una solución realista a cada conflicto.

El segundo pilar es la capacidad de encarar las situaciones con un sentimiento de esperanza. Para ello nada mejor que un buen confidente en quien depositar nuestros sueños, afectos y admiración. Alguien que nos estimule y sirva de brújula si nos vemos perdidos. Que atesore el mapa de nuestras ilusiones y defectos y no dude en usarlo a nuestro favor.

El tercero es el autosostén, ese mensaje que cada cual tiene para sí en el peor de los momentos. Ese ajuste de cuentas con el espejo, que puede empezar con un reproche, pero debe terminar invariablemente con un «me quiero, confío en mí, puedo pedir ayuda y me sostendré en la vida pase lo que pase».


Mañana será otro día

El pueblo cubano es resiliente por naturaleza y por historia: buen humor y coraje son parte de esos ingredientes que nos definen y nos ayudan a encarar cada desafío, desde un conflicto social hasta las temidas «calabazas» que puede recibir un alma enamorada.
Desde la niñez se van creando las pautas para ejercer esta cualidad, acrisolada en la adolescencia y la juventud si se ha tenido una buena educación, y luego puesta a prueba hasta el último gesto vital de todo ser humano.
Pero también, ¿en cuántas hemos logrado levantarnos para mirar de frente a la vida y descubrir, con la dura lección, una fuerza insospechada en nuestro interior, y hasta algún que otro corazón amigo que nos hizo más leve la caída?


Personalidad resiliente

• Aspiración por lograr propósitos y metas.
• Autosuficiencia.
• Creatividad.
• Cualidades de liderazgo y motivación.
• Disposición para el trabajo colectivo.
• Empatía social.
• Habilidad para competir y resolver problemas.
• Optimismo.
• Responsabilidad.
• Sentido del humor.
• Autocrítico.
• Motivación para vivir.

Diez consejos

• Establezca relaciones.
• Evite ver las crisis como obstáculos insuperables.
• Acepte que el cambio es parte de la vida.
• Muévase hacia sus metas.
• Lleve a cabo acciones decisivas.
• Busque oportunidades para descubrirse a sí mismo.
• Cultive una visión positiva de sí mismo.
• Mantenga las cosas en perspectiva.
• Nunca pierda la esperanza.
• Cuide de sí mismo.